martes, 20 de marzo de 2012

Cenizas de jazz

Como siempre cada vez que te intuyo, te encuentro, te rozo en cada abrazo, te devoro con la mirada, huyo a ese pasado remoto, perdido, pero muy nuestro.
¿Porque?
¿Como?
Canta el viejo Dylan en una de sus rompedoras letras lo que hoy me di cuenta, lo que ayer debería haber sabido y lo que mañana y empiezo hoy por arrepentirme:

So if you find someone that gives you all of her love,
take it to your heart, don't let it stray,
for one thing that's certain,
you will surely be a-hurtin',
If you throw it all away.

Recuerdo ese pasado en el que te supe, conocí tu existencia, que despojo mi alma de todo temor, de todo rencor.Recuerdo aún más el día que me desnudaste -mi alma- poco a poco con tu mirada, dulce dubitativa como la mía, pero con ganas de arriesgarse.Me acariciaste con las estrellas y la Luna de las cuales no pudimos percatar de su grandiosa belleza. Y si nos mordemos el dolor es dulce, esa instantánea es bella. Me siento temblar contra tí como la Luna en el agua.
Durmimos sobre espejos.
Nos embriagamos con viejas canciones, la lluvia nos envolvió, hizo que nos acurrucáramos en nuestros corazones el uno al lado del otro, con ese humo sensual, de todo aquello que quemamos, arrasamos sin pudor alguno, sin contenernos.
Repitiria mil y una veces todas las noches que durase mi vida, volvería a por tí, secuestarte, para dejarte sin escapatoria y convencerte de nuevo sobre todo aquello de lo que hoy estoy segura. Pues nada ya es lo mismo.
Hoy callada y silenciosa sobre la poca luz que me queda de tu aura libre, te digo que te quiero en soledad, deseando despertar a tu lado.Hoy susurrando tu nombre, he sentido todo el dolor de tu ausencia perdida entre nubes y esperanzas marchitas.Cerramos los ojos tras la ultima nota de esa melodica y turbia noche, la ultima. 
El tiempo nos pasó factura, y nos sobrepasamos. El miedo del amor nos dejó en los huesos, escuálidos. Pertubaste mi ser con tu esencia nos hicimos daño, de aquel fuego, de aquel deseo con el que nos consumimos, cenizas. Tan sólo tú, es lo que quiero, o almenos eso pide a gritos mi pequeño yo interior maltrecho, naufragado en la culpa del dolor, sin bote salvavidas, habiendose saltadolas lecciones de como nadar en ese tipo de mar.
No hay marcha atrás, mi tren de regreso descarrila a un destino sin salida, no quedan más vías, pase de largo hace tiempo ya, por la ultima estación.
Pobre de sensaciones.
De ese amor reflejo.
Carezco de todo aquello que tube.
Rica en culpa de rechazar el intento.
Rica en soledad abundante.
Rica en océanos salados, que se estancan y cubren gota a gota mis pestañas.
Pese a todo sigo con las mismas dudas, agridulces dudas, las cuales suplican un cambio en esta sordida existencia de una pobre sombra viajera novata.
No llegaré nunca más tarde.
No lamentaré intentarlo si me regalas el abrazo de la oportunidad para revivir esas cenizas que un día fueron el fuego de nuestras jóvenes existencias. 
Termino con el clásico y malgastado Te Quiero, con el que apenas tube tiempo de nombrarte, amor mío.

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