domingo, 18 de agosto de 2013

My dear, I adore you.

Te quiero o quizás no, quizás solo sean mis ganas de tenerte siempre conmigo (egoístamente) saboreando tus dulces labios, causantes de la mayor adicción jamás creada. Quisiera poder respirar en ellos, ver como haces esa mueca o como medio sonríes solo porque a mi me gusta verlo. Escribiéndote cosas cursis a  las cuatro de la mañana, cuando me encuentro entre ese tequila y te quiero de más, mientras que mi piel te añora, suspira en cada pliegue que le descubriste y por el cuál no volviste a rozar con o sin amor. Quizás sólo sean las ganas de poder abrazarte y acabar por descubrir tus puntos débiles. O simplemente que me hayas encontrado tú los míos antes. 

9 madrugadas.

Tengo todo ese miedo acumulado, la impotencia por ancla que me arrastra hasta mis peores recuerdos y temores. Tengo todo ese mar acumulado entre ojos y mejillas, la hoja afilada de la vida corriendo ligera, en libertad salvaje, manchando y tachando promesas, deseos y sueños. Tengo tantos "te quiero" guardados entre mis labios que en ocasiones se escapan para transformarse en besos dolidos en los tuyos. Tengo tantas ganas de morderte el alma que mis dientes sonríen con abatimiento pensando que tal vez, algún día tu sonrisa hermética comparta tu pequeña alma devastada conmigo. Quiero salvarte de tus fantasmas, luchar por ti y vivir por mi.